lunes, 11 de noviembre de 2013

Ley de transparencia ( la del vecino)

   

    Bueno, como vengo de leer los comentarios sobre La vida de Adele en el blog de la Hormi y estoy algo impactada por la mentalidad bollera, voy a ponerme en plan infumable y escribir sobre algo que me planteo muchas veces y que no tiene nada que ver con lesbianas ni hombres ni machismo. 
     Me resulta muy curioso como en nuestra sociedad se evita hablar del sueldo propio. La mayoría está a favor de la famosa ley de transparencia y nos empeñamos en que se publiquen los sueldos de altos cargos y gastos de todas las administraciones habidas y por haber.
    Ahora bien, ¿decirte yo a ti cuanto gano? ¡Amos venga! ¿Cuántas veces me he encontrado hablando con amigas y amigos que matizan su sueldo con expresiones sutiles como "gano una mierda" "menudo pastón se lleva ése" o "está bien/mal pagado" Muy poquitas veces la gente me habla de euros al mes. 
    Esto me fastidia un poco la verdad porque creo que contribuye a que la gente se monte películas (normalmente irreales) en la cabeza sobre lo que gana su vecino de al lado o lo que cobra cierto gremio de trabajadores. No sé por qué, pero norrmalmente, siempre pensamos que el de al lado gana más y hace que le miremos de reojillo cuando hace ciertos comentarios sobre temas sociales o económicos que tan poco eludibles son hoy en día en nuestras conversaciones cotidianas. Hace muy poco, una amiga me contaba cómo le tuvo que sacar la nómina a una trabajadora  de distinta categoría de su centro que no paraba de hacer comentarios mordaces sobre la supuesta superioridad económica de mi amiga. La cara que se le quedó al ver la nómina fue un poema pero al menos ahora es consciente de una realidad que antes no veía.
    Mi pregunta es ¿por qué? ¿qué pasa? ¿tenemos miedo de que el amig@/vecin@ nos atraque por la noche? ¿Nos avergonzamos de ganar mucho o poco? ¿Lo consideramos de mala educación? No lo entiendo, la verdad pero sinceramente, suelo desconfiar de la persona que rehuye contestarme a la pregunta de ¿cuánto ganas? que tanto me gusta hacer cuando me tocan las narices y estoy de humor para picar a alguien.
   Yo supongo que tiene que ver con mi origen cultural materno y, sinceramente, me alegro de no haber heredado esto de los españoles. ¿Cómo lo veis?