Pues bien, a pesar de todo ello, especialmente en la playa y estando sola, saco mi lado macarra una y otra vez, casi sin darme cuenta.
Es ponerme la gorra y caminar por la playa y es que me sale una vena que a veces me asusta a la par que casi agrada. No es sólo al andar, también me da por bajar la ventanilla y , oculta bajo mis gafas de sol y la ya mencionada gorra, subo el volumen de ya sea Coldplay, Carlos Jean o incluso mi Sheryl por poner algún ejemplo y ¡hala! tira millas.
Cierto es que en esta época, sitios como el que veis en las fotos son un puro paraíso y una pierde un poco la noción de la realidad tras un par de horas al sol y le da por adquirir personalidades diversas. No es una excusa, me mola mi lado macarra, sobre todo en esta playa que tanto me conoce y sabe de mí.
A un lado, la gaviota capucho café (hasta ayer conocida por mí como gaviota de cabeza negra) |
Debajo de mí, mi veterana toalla |
Al otro lado, un trío de chicas, un trío trío, de los de menage a trois |
Vuelta al infierno de Madrid con pilas semi cargadas |
Yo creo que casi todas tenemos un lado macarra. Lo importante es saber cuándo sacarlo...
ResponderEliminarEs genial poder estar en una playita tan tranquila!
Quizá también es porque sientes esa playa parte de ti y es una forma de decir aquí estoy yo. Bueno por lo menos la música que pones es buena. Un beso.
ResponderEliminaruy, según el día al volante nos transformamos. Todas tenemos algo de macarra
ResponderEliminartodos llevamos dentro un macarra, pero no un gilipollas, que la mayoria no son macarras, son gilipollas! y esa pedazo de playa, de dónde la has sacado??
ResponderEliminarEspero que no nos cruzemos porque tengo un seat león amarillo, llevo gorra y siempre me pego al culo, pero solo de las mujeres guapas!!!
ResponderEliminarAlgún problema???
Eso sí, niñata ya no soy...
Te he acojonao, eh???
ResponderEliminar