He vuelto a mi refugio. Al sitio que
tanto me hiere por lo que fue y ya no es, al que tanto bien me hace
por lo que sigue siendo.
En una época de mi vida en que no
me siento ni de aquí ni de allí, agarrarme a tantas vivencias y
experiencias, supone una ayuda que me devuelve la perspectiva que
siempre busco.
Y no te echo de menos, sólo tengo
que cerrar los ojos para besar tu cuello, allí estás, sin
entenderme pero respetándome. Y aunque no sea suficiente para mí,
de momento me reconforta saber que es así.
Verano fugaz y horizonte nublado
lleno de quién sabe qué, lleno de ti.
Y no te echo de menos, sólo tengo
que cerrar los ojos y sentir tu mano rozando la cara interior de mi
muslo, erizando mi piel.
Solitude and loneliness, los
ingleses distinguen magistralmente entre estos dos términos...la
soledad buscada frente a la forzosa...quiero, reivindico y disfruto
la primera.
Y no te echo de menos, siento tu
mano agarrando dulcemente la mía.
uy y ese sitio donde está? se te puede visitar?
ResponderEliminarShhh Top secret
EliminarEste verano ha sido extraño en muchos aspectos y yo creo que ahora mismo muchas personas nos sentimos algo desubicadas...
ResponderEliminarTodo llegará y nos iremos sintiendo bien según avance el otoño...seguro.
Besos!
bellísimo texto, Jam!, bellísimo.
ResponderEliminarSí, allí estás, en ese mar reparador y eterno, pero también estás aquí, puedo sentir que me hablan tus ojos, que tu abrazo me da la paz de siempre.
ResponderEliminarY te echo de menos, qué le voy a hacer, aunque pronto esas mismas olas me traerán,con voz renovada, a ti de nuevo.
Monina
Si ,quiero
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